El manto de los Gusanos

La producción e industria de la seda en nuestra tierra proviene de la época del esplendor musulmán, cuando se ejercitó intensamente no sólo en el Andarax sino también en otras comarcas almerienses, donde, a la vez que la industria de la seda, promocionaron el cultivo de la morera, como alimentación básica del gusano. Dicha producción decayó con el devenir de los siglos.

De nuevo, reinando en España don Alfonso XIII y siendo Alcalde de Almería don Francisco Rovira Torres (abril 1926 – diciembre 1928), renació la idea de promocionar la producción e industrialización de la seda, y su manipulación, a cuyo fin se creó, con cargo a las arcas municipales, una Escuela de Sericicultura, emplazada en calle Marín nº 25, a cuyo frente estuvo don Leopoldo Abad, quien dedicaba sus tierras de La Cañada a este menester, siendo por tanto experto en la cuestión. El Municipio lo puso al frente de dicha Escuela experimental. Los alumnos gozaban de las prerrogativas docentes en el cultivo del gusano, producción de seda y su manipulación, a nivel de becarios. Paralela a ésta, hubo Escuelas en Murcia y Granada, con igual proyecto, y todas dependientes de la Comisaría Regia de la Villa y Corte.

Era Comisario Regio para la Seda, D. Federico Bernades y Alavedra, industrial sedero catalán, quien mantuvo numerosos contactos con el Alcalde, Sr. Rovira, de los cuales renació el objetivo de la seda en Almería, logrando poner en marcha con eficacia el plan experimental de esta Escuela.

El Comisario visitó la ciudad el 14 de junio de 1928, acompañado del Comisario de Fomento, Sr. Rico. Estuvo en la Escuela y en los terrenos de posible producción del arbusto de alimento del gusano. El Alcalde le invitó a visitar el templo de nuestra Patrona, ya que, a la vez, el Sr. Rovira, era por aquel entonces Secretario de la Hermandad de la Virgen del Mar. Allí, el Cronista de la ciudad, don Juan Antonio Martínez de Castro, y el Prior de los Dominicos, Fr. Tomás Alonso O.P., le dieron una detallada explicación de la historia de Almería y de la de nuestra Patrona, ambas imbricadas desde 1503. El Sr. Bernades, al que la Escuela de Sericicultura le había donado generosamente las madejas de seda de elaboración experimental de los alumnos, por su apoyo, decidió emplearlas en su propia fábrica de Barcelona para tejer un manto para la Virgen del Mar, con proyecto propio a su cargo y la confección del mismo, como regalo personal a nuestra Patrona.

Con esta promesa en firme pasó el tiempo. El 14 de febrero de 1929, el entonces Alcalde, don Rafael Monterreal Alonso Villasante, tuvo noticias al respecto. La prensa se hizo eco de estos contactos y anunció la entrega en breve de un manto para la Patrona, fabricado con la seda obtenida de los capullos cultivados aquí y manipulados en la Escuela Municipal de Sericicultura almeriense. La prensa del 30 de julio de 1929 continuó anunciando acerca del estreno del manto, a la vez que se efectuaba el homenaje que ofrecía el Ejército, Guardia Civil y Carabineros a la Virgen del Mar, el cual se llevaría a cabo en la Plaza Circular con una parada militar.

El 1 de agosto de 1929 la Comisión Municipal Permanente recibió carta del Sr. Bernades, ya Ex Comisario de la Seda, anunciando estar terminada dicha prenda. El edil don José Sánchez Cantón propuso a la Permanente invitar al Sr. Bernades a la entrega oficial del manto por él regalado.

Recibido, el 14 de agosto de 1929 fue expuesto al público en Tejidos “La Verdad” del Paseo. Anteriormente el Sr. Monterreal lo había mostrado al Prelado, Fr. Bernardo Martínez Noval, y a las autoridades eclesiásticas, así como al Mayordomo de la Hermandad don Guillermo Cassinello García y a su Junta Directiva, quien nombró al Sr. Bernades Hermano Honorario de la Hermandad de la Virgen del Mar.

El manto ostenta los escudos de España y Almería. La dedicatoria está bordada en oro. Lo adornan grecas componiendo grupos de gusanos y hojas de morera, sobre seda color verde. La entrega se efectuó el 15 de agosto de 1929 por el Alcalde al Mayordomo de la Hermandad, en presencia del Prior de los Dominicos, Fr. Inocencio Fernández Bada O.P.; del Secretario de la Hermandad, don Francisco Rovira Torres; del Tesorero, don Rafael J. Romero Cortés; y de los hermanos don Fructuoso Pérez Márquez y don Juan Antonio Martínez de Castro. El Secretario Municipal, don David Esteban Gómez, levantó Acta del acto de entrega.

El 27 de agosto de 1929 tuvo lugar el homenaje público que las fuerzas armadas tributaron a la Virgen del Mar, a la vez que fue estrenado el manto del Sr. Bernades. En la Iglesia de la Patrona fue bendecido por el Obispo en presencia del donante, Alcalde, Corporación Municipal, Directiva en pleno de la Hermandad y Damas Camareras, Comunidad de Padres Dominicos, Gobernadores Civil y Militar y otras autoridades.

Terminado el acto, fue trasladada la Imagen en procesión a la Plaza Circular, donde se habían emplazado la Fuerzas de la Guarnición, Guardia Civil, Carabineros y otras fuerzas. En las tribunas todas las autoridades, con lugar preferente para el Sr. Bernades con los Gobernadores y el Alcalde. La Imagen, escoltada por soldados del Regimiento de la Corona 71, en traje de gala, fue situada en un templete dando cara al Paseo. Una gran pancarta detrás del altar decía: “Almería saluda a Bernades”. Ofició la misa el Capellán Castrense, don Francisco Esparraguer. La Patrona lucía flamante el manto de seda. Terminada la ceremonia, el Sr. Bernades, después de ser saludado por todas las autoridades, hizo uso de la palabra, agradeciendo su nombramiento como Hermano Honorario de la Virgen del Mar y la placa que así lo acreditaba. Elogió a la Escuela Municipal de Sericicultura, con cuya producción experimental fue posible el regalo a nuestra Patrona, y agradeció las atenciones que le dispensaron las autoridades en nombre del pueblo de Almería. Le contestó el Prior de los Dominicos en nombre de la Hermandad y de la Comunidad, así como del pueblo almeriense, repitiéndose en la gratitud de todos por su generosidad.

Ultimado el acto, en procesión de regreso con la Imagen, hizo ésta estación junto al Círculo Mercantil, donde ante Ella desfilaron todas las fuerzas que la habían homenajeado, dando vista a la Señora ante su paso, y seguidas por todos los participantes y un enorme gentío. El Ayuntamiento agasajó con un banquete al Sr. Bernades y esposa. Concluido el mismo, regresó el matrimonio a la Ciudad Condal.

A principios de 1936 fue escondida y preservada la Imagen en casa de doña Angustias Pérez Gallardo, en la misma Plaza Virgen del Mar (donde hasta hace pocos años estuvo el Sanatorio del mismo nombre). De igual forma se procedió con el Manto Regio y el de los Gusanos, que el 23 de mayo de dicho año se ocultaron en casa de la Dama Camarera doña Ana Martínez Ramírez, inspectora de Magisterio, en su domicilio de Álvarez de Castro. Transcurrida la contienda civil, el 2 de abril de 1939, salió la Imagen de su refugio, luciendo el Manto de los Gusanos. La Virgen, sobre cuatro palos engarzados a toda prisa y sirviendo de andas o parihuelas, con la bandera española haciendo de paño de andas, salió de la casa con dirección a la Plaza Circular, donde tuvo lugar la primera misa que celebraron los PP. Ballarín y Aquilino, haciendo estación ante las ruinas de su templo, donde se rezó una Salve.

El Manto de los Gusanos quedó para siempre impresionado en la retina de los devotos de la Santísima Virgen del Mar cuando en 1963 don Cristóbal Pérez Rodríguez, Hermano Mayor de la Hermandad filial de Sevilla, regaló a la matriz un bellísimo mosaico en el que nuestra Patrona viene representada con la pieza de que venimos tratando, sobre un fondo de Alcazaba y Giralda, rodeada de una colorista orla con motivos marinos y los escudos municipales de Almería y Sevilla. Dicho mosaico fue colocado en la fachada del Santuario hasta su retirada en 1975, año en que fue desmontado con motivo de las obras de reparación que se llevaron a cabo. Dicho mosaico, restaurado por los licenciados en Bellas Artes especializados en esta modalidad Esther Guerrero Carmona y Francisco Valls Compán, está instalado desde octubre de 2002 en la Casa de Hermandad.

Más información: artículo de José de Juan Oña en el Boletín de la Hermandad nº 18 (enero de 2003)